El gran desembarco gay que vive Barcelona desde el pasado domingo mostró ayer en todo su esplendor su doble faceta: es un macronegocio para la ciudad y es un espectáculo colectivo para todos los gais y lesbianas llegados de todo el mundo para divertirse, relacionarse y dejarse ver. La ebullición que vive la capital catalana estos días de la mano del festival especializado Circuit certifica la posición de Barcelona entre los tres destinos favoritos del colectivo, junto a San Francisco y Sidney, como destacan las principales revistas del sector. En Europa, Londres sigue siendo el otro referente junto a Barcelona. No obstante, el clima local favorece que la mínima excusa lúdica sea una perfecta ocasión para que miles de homosexuales y lesbianas peregrinen estos días para formar parte de la gran fiesta.
La llegada masiva se hace evidente no solo en los locales de ocio, muy animados estos días, sino en las tiendas del Eixample, en sus cafeterías y en los hoteles más céntricos, especializados o no. La web de la organización (a cargo de Matinée Group) ya ha llenado toda la oferta de alojamiento en los apartamentos (incluidos los de lujo) previstos para la cita. La inyección económica, no obstante, no solo apunta a los establecimientos para gais, sino que también «favorece al comercio, la hostelería y la restauración general», sostiene David Martí, presidente de la Asociación Catalana de Empresas para Gais y Lesbianas (Acegal), que también dirige la revista Nois.
Un ejemplo: hasta el lujoso Hotel W (Vela) ha cambiado de signo estos días, como quedaba claro el lunes a la vista de su piscina. Y es que se calcula que el homosexual es el viajero que más gasta (en sus viajes en solitario o pareja). Según datos del sector, en unos tres días se suelen dejar unos 160 euros en la ciudad de media, con picos mucho más altos. Los organizadores del Circuit hablan de 200 estos días, donde se alternan las actividades culturales y deportivas con el gran reclamo: las fiestas. Como muestra, la celebración acuática de la Illa Fantasia, llena hasta la bandera y convertida en cita indispensable del verano para muchos gais.
EVOLUCIÓN / A falta de cifras oficiales, en Acegal barajan que cada año viajan a barcelona de 250.000 a 275.000 gais y lesbianas, atraídos tanto por la oferta específica de servicios para el sector (que no es tanta como la de Madrid), como por los grandes eventos que se celebran en los últimos años, encabezados por el Pride Barcelona (el pasado junio) y el Circuit. Y, ante todo, por el infalible cóctel de oferta cultural y playas. Turismo de Barcelona es consciente de este reclamo y lo potencia editando guías específicas en varios idiomas. Además, se estima que la comunidad homosexual representa el 7,5% de la población española.
El festival que ahora se celebra espera cerrar esta tercera edición con 55.000 asistentes y generar negocio por valor de 60 millones de euros, con un 60% de público extranjero y cada vez más presencia del codiciado participante estadounidense. En las webs del ambiente ya se la considera el reclamo más multitudinario del continente en el ámbito lúdico.
Desde ayer, a la convocatoria gay abierta el pasado domingo se suman la oferta para lesbianas y la de osos, con propuestas específicas. Todas compartirán macrofiesta el próximo sábado en el Pavelló Olímpic de Badalona. El domingo se despedirán tras sumar 35 celebraciones.
Fuente: El Periódico de Barcelona.
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